lunes, 6 de junio de 2011

                                                  
El viernes 3 de junio mientras en la calle los termómetros indicaban que ya se aproxima el verano, en el Centro Cultural Ángel Leiva, se presentó el cuaderno poético "DONDE NADIE OYE MI VOZ" de Antonio J. Sánchez, Nº 5 de la colección "El Hilo Creador".
Fue una presentación donde su autor, no sólo consiguió que oyéramos su voz más íntima, sino que dió voz a los asistentes, introduciéndonos con sutileza en la lectura de sus versos y aislándonos del sofocante calor del exterior.


PRÓLOGO



En este ramillete de poemas tan distintos, por
su forma, su sensibilidad y contenidos, parece
que Antonio J. muestra un poco de todo lo que
es capaz, de lo que necesita. Sin embargo un
venero de sustantivos simbólicos y la tensión
entre el hecho de escribir y la necesidad de
libertad dan una gran unidad a este conjunto.
Antonio J. nos presenta una poesía al servicio
de la vida. La palabra útil para mejorar al que lee
y al que escribe, para hacerlo más libre, para que
se permita respirar, transpirar, comprender,
transgredir, excederse, pero sobre todo cantar,
aunque llueva sobre el mundo. Porque no
existe el cero absoluto.
Poetas, ¡a la rebelión! Porque una poesía que no
transforma no es poesía y lo dice aquel que se
llama escarcha, que se llama sangre. A la
rebelión que conecta las palabras al paisaje, a
los cuerpos deseados, a los personajes, a los
conceptos. A la rebelión que a través de la
palabra lleva a la fraternidad y a la alegría.

Autor: Bernardo Santos Ramos

Aviso para hacer público en los instantes
previos al inicio de un recital poético
Va a comenzar el recital:
por favor, desconecten sus móviles,
o mejor déjenlos encendidos,
y si les llama la madre o el amigo o el amante
contesten
¿Quién ha dicho que un puñado de versos
es más valioso que esas charlas
que trenzan el ritmo cotidiano del mundo?
Dejen sus móviles encendidos
y, si es posible, abran las ventanas:
que se oigan los coches
y los balonazos de los niños;
que llegue hasta aquí el latido de la vida,
no sea que a los poetas se nos olvide
que, sin ese latido,
nuestros poemas son sólo
manchas de tinta en un papel.

Autor: Antonio J. Sánchez

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